IOTA de la muerte: Una App para usar en el inevitable día del fin

IOTA de la muerte: Una App para usar en el inevitable día del fin

La IOTA de la muerte podría ser un deseo urgente. La burocracia es una de las formas en las que la parca se disfraza. El “expedienteo” debería ser clasificado como un delito de lesa humanidad. Aunque si se cree que es una exageración, al menos debe tratarse como el detonante de una enfermedad mental.

La Fundación IOTA Latino se mantiene en busca de oportunidades. Para desplegarse, la tecnología IOTA invierte tiempo en detectar nichos de desarrollo. En mayor o menor medida las diligencias que surgen tras la muerte son abrumadoras.

Dependiendo de la nación donde tenga lugar el evento, las cosas son más o menos engorrosas. Sin embargo la burocracia que engendra un fallecimiento incita al papeleo. Todos sabemos que los trámites tras las partidas físicas son un asunto serio. Hay naciones en las que luego de dejar el féretro dos metros bajo tierra, a los deudos les es casi imposible enterrar las diligencias.

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Carta médica de defunción, acta de difunto, permisos de traslados, peritajes sanitarios, autorizaciones para inhumación, registro de Hacienda (Impuestos)… Tras morir el difunto abandona este mundo y entrega a los familiares a un calvario de papeles que podrían capturar hasta un par de años de sus vidas, dependiendo del desorden del Estado-Nación donde se tenga el derecho de yacer.

IOTA de la muerte

Los papeleos funerarios tienen una carga pesada. Son menos alegres que los que ocasionan la importación de un automóvil de un país a otro. Sin embargo las palabras, duplicado, triplicado, fotocopia, PDF y otras más tomarán vida.

La IOTA de la muerte no es más que la entelequia de una App que haría la vida más llevadera. Obviamente alude a la Internet de las Cosas (IoT) y su relación con los desarrollos que involucra a la e-government.

IOTA de la muerte burocracia - IOTA Latino

No hay que perder de vista que la Distributed Ledger Technology (DLT), no es más que un libro mayor distribuido con un consenso de datos digitales replicados. Allí se encuentra nuestro núcleo de trabajo y la salida a la mal reputada burocracia. Cuando los Estados verifiquen que con la tecnología IOTA los líderes obtendrán votos, suplicarán su presencia. Dar una buena vida a los ciudadanos, incluso en casos donde la muerte se implica, redunda en felicidad y sufragios.

El derecho de nacer

La burocracia nace con cada alumbramiento. En medio del festejo en la habitación de la madre arriba la planilla del Registro Cilvil. Primer nombre, segundo nombre, apellido paterno y apellido materno. Desde ese instante para un sistema basado en IOTA seríamos la primera transacción.

De acuerdo a Sigmund Freud, “si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte”. Esa es una frase que motivaría al equipo de desarrolladores de la versión App de la IOTA de la muerte. Con este logro en mano podría cumplirse la máxima del “Incorruptible” Robespierre: “La muerte es el comienzo de la inmortalidad.

Como se ha comentado antes, la necesidad de una voluntad es requerida para hacer funcionar a la IOTA de la muerte o cualquier otro desarrollo. La tecnología IOTA junto a la industria de la IoT y la evolución de la 5G nacieron para ganar. Todos queremos un mundo más amigable. La humanidad ha llegado a este estadio de desarrollo para tener una mejor calidad de vida.

Desde la Fundación IOTA Latino que dirige el ingeniero Saúl Ameliach los deseos de prosperidad no cesan. En sus espacios digitales sueñan y crean artificios mentales que con la IOTA dibujan un mundo mejor. Creen en la entelequia de la IOTA de la muerte. Están convencidos de que es posible que a las horas de fallecer, la App instruya al “sensor” de un dispositivo de algún Registro Público, para imprimir todos los documentos que a tenor se requieran, incluyendo la Declaración Sucesoral.

Lo último que veras con la IOTA de la muerte será un contador de tiempo. Se detendrá cuando el usuario valide con el pulgar presionando el box: Trámite finalizado.