Una herramienta biofotónica acaba de entrar en el radar de IOTA Latino. Sus cualidades se muestran interesantes para la Internet de las Cosas cada vez más involucrada en la telemedicina. En este caso se trata de un dispositivo que ha hecho debut en la lucha contra la COVID-19.
Sin duda alguna los sensores tienen fototropismo positivo para la tecnología IOTA. Aunque su aparición no tiene vínculo parental con IOTA, su proceso podría ir a un DLT. Se trata de un aparato dirigido a tratamientos personalizados que monitorean la salud de los vasos sanguíneos más pequeños de los pacientes.
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La Fundación IOTA ha estado muy activa en esta pandemia y ha colocado sus talentos a la orden. IOTA combinó fuerzas con el mayor bufete de abogados del mundo, Dentons, en el Global Legal Hackathon del Financial Times.
Durante esa competencia nació el Pasaporte Digital SELV que ha sido utilizado por EVPA para resolver varios problemas. Dentons y IOTA demostraron cómo la identidad digital puede dar a los individuos el control sobre sus datos de salud. El diseño arquitectónico de la Identidad IOTA ha sido validado por los abogados de privacidad de Dentons.
Herramienta biofotónica
Quienes hurgan en el mar de las pasibilidades siempre llevan tesoros a casa. Desde IOTA Latino hemos visto con interés el trabajo Instituto de Ciencias Fotónicas de España (ICFO). Un grupo multidisciplinario de España, Estados Unidos, Brasil y México está detrás de esta tecnología.
La herramienta biofotónica ha sido dotada de un algoritmo que hace mediciones para mesurar la salud microvascular. Los valores sanguíneos más pequeños, pueden jugar un papel clave en la evolución de la enfermedad en pacientes de COVID-19. De allí que la innovación ha germinado proyectos interesantes en medio del confinamiento.
La academia evalúa una herramienta fotónica para que los médicos puedan mejorar la gestión de los pacientes de COVID-19 en las unidades de cuidados intensivos (UCI). El dispositivo biofotónico es no invasivo, portátil y fácil de usar. Se plantea como posible herramienta clave para valorar la eficacia de tratamientos personalizados dirigidos a restablecer la salud de los vasos sanguíneos más pequeños de los pacientes.
Una innovación de España
Desde el inicio del claustro, en España un equipo de investigadores del ICFO ha estado hiperquinético. Están liderados por el profesor de la institución catalana de investigación ICREA Turgut Durduran. Ellos son expertos en el campo de la óptica difusa. Los sabios se reunieron para formular ideas basadas en tecnologías fotónicas para contribuir a tratar adecuadamente a pacientes de COVID-19.
La herramienta biofotónica nació del trabajo a distancia. Los investigadores adaptaron un NIRS y lo dotaron de algoritmos para proporcionar una evaluación de la salud microvascular del paciente. NIRS es un adminiculo comercial de espectroscopia con luz en el infrarrojo cercano (en inglés, near infrared spectrosopy o NIRS).
Disfunción endotelial
Turgut Durduran explicó que «trabajar en este proyecto durante el confinamiento fue fascinante y extremadamente rápido». Su equipo inició una colaboración con médicos intensivistas del Hospital Parc Taulí. Los galenos estuvieron al mando del doctor Jaume Mesquida. Ellos desarrollaron un conjunto de hipótesis y protocolos destinados probar la disfunción endotelial y microvascular en pacientes de COVID-19.
La colaboración fue posible gracias a tecnologías biofotónicas que utilizan luz en el infrarrojo cercano para medir la saturación de oxígeno, el volumen y el flujo sanguíneo. El primer dispositivo se envió al Hospital Parc Taulí en marzo. Se probó en pacientes de COVID-19, y poco después se constituyó un consorcio internacional, denominado HEMOCOVID-19, que coordina el ICFO.
El consorcio HEMOCOVID-19 utiliza la respuesta de la microvasculatura en los músculos periféricos del antebrazo a un bloqueo arterial prolongado como biomarcador de salud endotelial y microvascular.
Gracias a esta herramienta biofotónica, portátil, no invasivo, con batería incorporada y libre de cables, se pueden realizar medidas a lo largo de toda la estancia del paciente en la unidad de cuidados intensivos.
El objetivo es proporcionar herramientas para ayudar a los médicos en la atención a los pacientes con COVID. Además guiar el desarrollo de terapias dirigidas a mejorar la función endotelial. Asimismo diseñar terapias de rescate personalizadas, que juegan un papel crítico en la gestión de los enfermos graves.
Análisis de datos
La herramienta biofotónica será útil para la estratificación del riesgo en pacientes de COVID-19. Ella genera datos que manejados por un algoritmo remite al médico a soluciones prácticas.
El doctor Jaume Mesquida, médico e investigador principal en el proyecto por parte del Hospital Parc Taulí, cree en la usabilidad de los datos.
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«A día de hoy no tenemos otros parámetros disponibles a pie de cama para supervisar la función endotelial. Es probable que el uso de esta tecnología sea obligatorio para evaluar terapias dirigidas a la microcirculación. Estos datos son muy importante en tratamiento personalizdo de la COVID-19».
A su juicio, es probable que estas medidas también puedan ser útiles en otras poblaciones con alteraciones endoteliales subyacentes o enfermedades inflamatorias, como es el caso en pacientes con choque séptico.