Gobiernos podrían usar IOTA como vacuna contra la corrupción

Gobiernos podrían usar IOTA como vacuna contra la corrupción

Las grietas que halla el peculado mundial podrían ser selladas si se utiliza a IOTA como vacuna contra la corrupción.

Estas formas de delito se dan en todo lugar y cualquier nación. Parecieran tener un mullido lecho en gobiernos de países desorganizados. Sin embargo la crónica periodística nos advierte que es un virus presente en todos los rincones del mundo. Y tocan tanto al sector público como privado.

Desde hace años la inclinación de las naciones para incorporarse a las bondades de un “e-gobierno” son notorias. Existen ejemplos magníficos que dejan ver la huella positiva de la tecnología en la salud institucional de los Estados.

Las ciudades inteligentes son el ejemplo más práctico. Su uso de la Internet de las Cosas hará catapultar la industria que desarrolla artefactos en base a esa tecnología. Uno de los distintivos de las “Smart Cities” es su interconexión con los e-govertment. Es precisamente en esa interrelación que es atinado el buen ejemplo de la cripto alemana. IOTA como vacuna contra el virus de la corrupción tiene todo lo necesario para desactivarla.

IOTA como vacuna

Detrás de los enjambres de papeleos se oculta la corrupción. Sin embargo este ambiente no es solo ideal para el fraude. Es precisamente de esas tinieblas que surgen las mejores ideas basadas en tecnología IOTA-Tangle.

La Fundación IOTA Latino conoce muy de cerca las realidades político-gubernamentales de está sub área del continente americano. Tampoco es una institución inocente, sabe que si la tecnología no conjuga la voluntad política, nada se adecentará.

IOTA como vacuna contra la corrupción es un gran desafío. Sin embargo juega a su favor que la plataforma es auto sostenible. El sistema carece de comisiones, por lo tanto se puede realizarlas en tiempo real. Asimismo es versátil en la realización de micropagos, una forma de segmentar el costo de los servicios que no da cabida a “redondeos”. La mano del hombre no está en primer plano para esta tecnología.

En Latinoamérica se ha venido impulsando la tecnología Tangle. Se hace a través de IOTA Latino presidida por el Ing. en Información Saúl Ameliach, quien es especialista en Tangle. El objetivo de la institución es crear proyectos de este tipo basados en la Internet de las Cosas, que beneficien y adapten al ser humano del futuro, y sean dirigidos por empresas y casas de estudios.

Un mal ejemplo

En cierto país suramericano tomaron la excelente iniciativa de “digitalizar” todo el proceso de identificación”. Carnet de identidad, pasaportes, fe de vidas y toda la data de las personas podía gestionarse desde una página web. Quien fungió como gerente de proyecto hizo una gran labor técnica y se anotó un éxito con la tecnología.

De meses de espera para obtener el plástico de identidad se pasó a horas. Un pasaporte podía estar listo a la vuelta de una semana. Reposar la angustia de meses esperando una notificación para buscar un documento dejó de ser la regla.

Sin embargo la digitalización en sí misma no es un ambiente aséptico. Las personas que antes se dedicaban a cobrar por realizar trámites gratuitos se “agavillaron”. Contactaron a los desarrolladores del proyecto, consiguieron las debilidades del código y ciberpiratas se dedicaron a diario a mantener bajo ataque las páginas de “la identificación”.

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Todos ganaban. Las comisiones florecían. A quienes se conoce como “gestores” entraban por puertas traseras al mismo sistema que le fue expropiado a los ciudadanos. De la noche a la mañana nadie podía hacer citas para obtener un plástico de identidad. Y con la angustia desbordada “la mafia” puede pedir hasta 1.200 dólares a quien desee obtener pasaporte.

IOTA los delataría

En el “supuesto deseado” de que el sistema de identificación de un país inclinado al fraude se decidiera por la tecnología de la Internet de las Cosas (IoT), la IOTA serviría de contrapeso.

Los clientes de IOTA-Tangle no serían humanos, sino las máquinas que intervienen en el proceso. IOTA está basada en DLT, que en inglés traduce Distributed Ledger Technology. El registro distribuido aumenta la transparencia, dificultando cualquier tipo de fraude o manipulación. Es un sistema complicado de “hackear”.

Si se usara IOTA como vacuna en el ejemplo de país sin profilaxis en la gestión pública, las cosas cambiarían. La misma diligencia para digitalizar sería en primer impulso para el desarrollo de la Internet de las Cosas (IoT).

Desde las oficinas centrales de “la identificación se sabría en tiempo real cuantos procedimientos se realizan por minuto, horas, días, semanas, quincenas, meses, trimestres, semestre, años. La segmentación de los datos solo está sujeta a la imaginación de los datos que se deseen conocer.

Las cámaras fotográficas “hablarían” con los ordenadores e informaran sobre cuando una toma fue registrada. Las pasarelas de pago podrían estar dispuestas para ser la llave que de acceso a todo el proceso. Los sistema biométricos tendrán charlas constructivas dentro del libro de contabilidad y con meticulosidad podríamos saber al día cuántos extranjeros están registrados, cuantos menores de 18 años, el número exacto de nacidos, la cantidad de difuntos y obtener un plástico con tu nombre no sería una página de “nuestra vida con la mafia”.

Las máquinas recibirían micro pagos y se pudiera optimizar el presupuesto, además de mejorarlo para brindar un mejor servicio. Pero como dijimos en algún momento, hace falta voluntad. Se requiere sacar de la ecuación a los malos y permitir que la justicia de la transparencia venza. Al fin y al cabo las inmunizaciones son voluntarias y IOTA como vacuna no se puede imponer.